Un día me aventuré,
diciendo que no lo haría.
Que no lo conseguiria.
La pluma se me quedaba
helada en el tintero. La lengua
de Castilla harto me suena ajena
y tan bellos son los versos del hermoso
asesinado de Granada la morena. Después
de leer "la muchacha dorada se bañaba en el
agua / y el agua se doraba", me di cuenta de que
jamás lo conseguiría y heme aquí escribiendo en
español. No os asustéis, que la cosa va en vano.