a mis colegas barceloneses,
sobre unos versos inesperados
de Vicente Blasco Ibáñez
«Conociendo de antemano
la fatiga monótona
y gris que se extendería
hasta el momento de su muerte»
¡Cuánta poesía en el seno de
las novelas! Dos heptasílabos
seguidos por un octosílabo,
y un eneasílabo me cogen de
la mano y me invitan a ver,
en medio de la turba trabajadora,
el llanto, las risas, las muecas
y las sonrisas de cada uno de ellos.
Mis hermanos lejanos, hombres y mujeres,
jóvenes y viejos, bajitos o altos, callados,
que nacen de las palabras del novelista
poeta. ¿A posteriori? Que no. De antemano
La novela, también es un arma cargada de futuro.