mardi 22 décembre 2015

El sillón mágico

En un estanco del barrio popular
donde desayuno medio bocadillo,
a pocos pasos, está un sillón
multicolor. Mullido, bien hecho.

Listo para acoger a las ancianas
parlanchinas que hacen la bondad
de acercarse al templo del tabaco
y de las hojas de papel oloroso.

Me lo presentó hace un par de días
la rubia anfitriona y me descuidé
de sacarle una foto. Dentro de poco,
corregiré el error. Mientras tanto,

me lo vuelvo a imaginar. Vacío, abierto,
repleto de conversaciones fugadas e
inalcanzables a quien visita tan poco
un lugar caluroso i tabacogedor.