Pienso en tus dos abuelas,
la flor andaluza y la joya
judía. Estoy saboreando su voz
que no conozco y me voy inventando,
cuando entorno los ojos. Visos de
alhelí i olor a azahar fresco.
Fueron ellas las que te dibujaron
la sonrisa, leve y potente, cuando
no sabías hablar y las escuchabas.