Te confesé que no conseguía escribir
en español. Un par de veces lo hice,
a petición de mi madre. No me gustó
nada.
Pero esta vez tengo que hacerlo, para
rendir homenaje a tu callada estima
y porque escribo "por" ti, día tras
día.
Se me ocurren sonidos estridentes, las
R de Ruiz y Roig. ¡Vaya ocurrencia!
Prefiero escuchar tu silencio, a mi
manera, y me callo.