No me dejes sin palabras,
que la arena se fue y
mi mano se abre en vano.
Llueve sin cesar por la
triste azotea. Ya guardé
los juegos de los niños
y el libro oloroso. Azahar.
Es lo que me falta en este
preciso instante. Tu pasión
por el azahar que sabes declinar
según las lenguas de tu corazón.
No me dejes sin palabra...