El mundo es ancho y ajeno
y mi vista estrecha y casera.
Mis puntos cardinales son las
esquinas del barrio que elegí.
Tibias, al socaire de un día
soleado de invierno, cuando,
todavía se podía caminar por
las aceras polvorientas y
la bodegueta del Congrés
despachaba tapas sabrosas...